1 Corintios 1:9 Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
1 Corintios 10:16-17 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un Cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
[frame type=”right” width=”250″ title=”Experimentar y disfrutar la comunión” height=”250″ src=”https://jesusyyo.net/imagenes/comunion.jpg”]Hemos visto que la comunión consiste en disfrutar a Cristo y participar juntos de Él. No es necesario analizarla de manera doctrinal a fin de experimentarla. Cuando usted desayuna, ¿acaso analiza todo lo que come? ¿Hace usted un estudio de la composición de los huevos, del pan y del jugo? Nadie sería tan insensato como para estudiar el desayuno en lugar de disfrutarlo. Además, no debemos preocuparnos por los utensilios que usamos. ¡Cuán insensato es disputar sobre los utensilios, los vasos o los platos! ¿No sería ridículo que alguien dejara de participar de los alimentos preparados para su disfrute y se distrajera con la clase de cuchillos, tenedores y cucharas que están sobre la mesa? Sin embargo, éste es un ejemplo de la actual situación de los cristianos. En lugar de ocuparse de Cristo como su porción única, muchos argumentan sobre las doctrinas y prácticas.
La iglesia es la comunión, la coparticipación, tener el disfrute mutuo de Cristo. Este Cristo ahora es la resurrección y el Espíritu. Si usted ha visto que la vida de iglesia es esta comunión, no le interesarán cosas tales como el arreglo de las sillas en el salón de reunión. Además, ni las doctrinas ni las prácticas le distraerán de Cristo.
Les animo a todos que procuren experimentar y disfrutar la comunión del Hijo de Dios. Cuanto más disfrutamos la coparticipación en esta comunión, mejor será la vida de iglesia. Necesitamos disfrutar esta comunión en el hogar y en las reuniones. Entonces no nos dejaremos turbar por las opiniones, el chisme ni las diferentes enseñanzas, ya que lo único que nos interesará será disfrutar práctica y corporativamente al Cristo todo inclusivo quien es el Espíritu, la resurrección y el Dios Triuno. Esta comunión es la realidad de la iglesia, y siempre debemos procurar experimentarla. Entonces disfrutaremos a Cristo en la iglesia.